En Estados Unidos y Canadá, anualmente se lleva a cabo una celebración muy especial que se organiza con el propósito de honrar la memoria de los antepasados, se trata de la reunión nacional de todos los grupos nativos de ambos países denominada “Pow Wow” (en inglés, Gathering of Nations).
La ceremonia comienza con una actividad que se conoce como la Gran Entrada (the Grand Entry), que consiste en el ingreso de todas las personas (cerca de quinientos grupos nativos) al lugar donde se reúnen (generalmente es un lugar cerrado, como una arena), y cuyo origen se remonta al tiempo en que fueron forzados a congregarse en reservaciones, al mismo tiempo que eran obligados a bailar con el propósito de entretener a la gente.
La organización de esta gran celebración de vida y comunión permite reforzar lazos de comunicación entre estos grupos para preservar las tradiciones de las culturas nativas, y transmitirlas a los más jóvenes.
Por esta razón, la jerarquía generacional juega un papel esencial en la manera de llevar a cabo la Gran Entrada.
Los primeros en ingresar al recinto son las personas mayores, los veteranos que representan la sabiduría, la experiencia y la preservación de la identidad cultural, también los jefes tribales y los organizadores del evento.
En segundo y tercer plano van los danzantes (varones y mujeres, respectivamente), y el resto de la comunidad los sigue.
Todos entran danzando al ritmo de la música producida por un gran tambor situado en el centro de la arena, y rodeado de personas jóvenes y mayores, que son, estos últimos, quienes dirigen la ejecución musical y los cantos.
Una vez que todos los grupos están dentro del lugar, la música se detiene y comienza un momento de oración para honrar a sus antepasados. Minutos después, la música continua y con ella, también las danzas.
Se organizan competencias de danza entre los grupos en diferentes categorías definidas por edad. Esta actividad es un gran reto para los danzantes, quienes ponen corazón, cuerpo y mente en su desempeño para ser triunfadores y representar con orgullo a su tribu.
El aspecto principal de esta reunión es el simple hecho de unirse para evocar el espíritu y la energía de la Tierra a través de la danza y el canto.
Estas danzas son oraciones que ellos hacen para toda la humanidad y los cantos representan los murmullos de los antepasados que se ofrecen como cura para el cuerpo, el espíritu y la mente.
La parte final del Pow Wow es, tal vez, la más emotiva para quienes están presentes, pero no pertenecen a la comunidad nativa.
Cuando llega el momento en que invitan al público a sumarse a su danza, es una gran oportunidad que nos ofrecen para acercarnos a su cultura y conocer más a fondo su cosmovisión y su amor y respeto por la Madre Tierra.
Participar en una actividad cultural de este calibre es, sin duda, una experiencia de vida.
Lucy Arroyo
@malintzin66
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