En sólo una semana Max obtuvo el Premio de la Juventud Coahuila 2020 y su aplicación Alerta Violeta logró ganar una convocatoria organizada por el Ayuntamiento de Torreón.
Max Eduardo García Esquivel estudia el primer semestre de Ingeniería en Nanotecnología en el Tecnológico de Monterrey campus Laguna y su pasión es utilizar la ciencia al servicio de los demás.
“La elección de mi carrera fue por la parte social, por seguir en todo esto. Se siente bien hacer proyectos para ayudar a otros”, expresó.
Y es que el estudiante del Tec se ha mantenido cercano a la robótica, mecatrónica y a las soluciones tecnológicas desde corta edad, actividades que le brindaron el reconocimiento estatal.
En su trayectoria destaca el desarrollo de un brazalete que facilita la comunicación de personas con autismo mediante la asignación de imágenes.
“Es una pantalla que va en el brazo, un sistema pecs de intercambio de imágenes”, explicó Max, quien detalla que la idea fue crear un dispositivo más económico y accesible.
“Adaptamos este sistema a una raspberry que es un microprocesador y con esta pantalla le damos este sistema de comunicación y así ayudamos a la socialización y la imaginación de la persona”, detalló.
Asimismo, el pasado 11 de noviembre Max, junto a su compañera Patricia Lineth Torres, resultaron ganadores del primer lugar de un concurso para realizar una aplicación de alerta.
El Instituto Municipal de la Mujer de Torreón convocó a jóvenes a desarrollar una app de ayuda para mujeres víctimas de violencia.
“Mi papá me comentó que había un concurso, pero al revisar la convocatoria vi que debía de participar con una mujer así que invité a una amiga. Yo me encargué de la parte técnica y ella de diseño”.
Alerta Violeta permite emitir alertas dirigidas a las autoridades y dos contactos del móvil al pulsar un botón por tres segundos en el momento en que una mujer considere que su integridad está en riesgo.
EL IMPULSO DEL TEC
Aunque sólo ha cursado el primer semestre en el Tec de Monterrey, Max asegura que sus clases le han permitido perfeccionar sus proyectos.
En cuanto al brazalete para personas con autismo afirmó que sus clases de programación le ayudaron a mejorar el prototipo.
“Ya cuando entré al Tec me ayudaron a perfeccionarlo bastante porque la primera programación que hice fue de 3800 líneas, algo bastante grande, y llegando al Tec, con algunos conceptos que se nos dieron, lo bajé a 1500”.
Meses antes de ser admitido en el Tec Max pudo participar en el Bootcamp de Emprendimiento en donde buscó la Beca al Talento Emprendedor.
El joven lagunero afirma que esta primera experiencia con la institución también le ayudó en su formación.
“Hasta mi asesor del proyecto de autismo me ha dicho que he mejorado bastante en cuanto a formatos. El proyecto llegó estructurado a una Feria de Ciencias y gané un pase internacional”, destacó.
Durante su primer semestre también ha podido cursar dos Semanas Tec, que forman parte del Modelo Educativo Tec21, una de ellas “Emprende con Propósito”.
“Me ayudó bastante el Tec en la parte del bootcamp y de una Semana Tec, Emprende con propósito”, expresó.
SU GUSTO POR LOS CONCURSOS
Con más de 50 concursos y más de 30 dispositivos de ayuda, Max no sólo ha obtenido premios, sino que ha logrado solucionar problemas a personas vulnerables.
Desde muy tempana edad, mientras cursaba sus estudios de primaria, empezó a participar en una academia de robótica y durante la secundaria en los regionales de FIRST.
Pero fue en la preparatoria donde descubrió su vocación por proyectos de emprendimiento social con el diseño de un bastón para personas con discapacidad visual.
“Fue allí donde nació la pequeña espinita, si haces algo para ayudar a otros eso te brinda una mayor satisfacción”, afirmó.
Max recomienda a los lectores de CONECTA, principalmente a los jóvenes que realizan sus estudios a generar proyectos de impacto.
“Busquen lo que quieren lograr, salir de su zona de confort, vean que no es algo imposible, que siempre podemos ayudar a otros con tecnología”, finalizó.
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