Karla Pérez I Campus Guadalajara
Carmen Huerta I Fotografía
La Academia Mexicana de Ciencias es una asociación civil independiente que enlaza a científicos de diversas áreas del conocimiento donde se engloban la ciencia, la tecnología y la educación como las herramientas fundamentales para construir una cultura que permita el desarrollo de las naciones. Para ser parte de este de este selecto grupo es necesario contar con una destacada y constante trayectoria de investigación que avale el trabajo científico de cada uno de los miembros.
El ingreso no es sencillo, ya que para poder aplicar a la convocatoria anual se solicitan una serie de requisitos de alto nivel, entre ellos se debe presentar toda la evidencia del trabajo de investigación que se haya realizado años atrás; ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y una carta de recomendación por parte de un miembro de dicha Academia. Una vez que se han cumplido con los requisitos se inicia la evaluación que dura aproximadamente 6 meses.
“Siento un gran orgullo, porque es difícil ingresar a la Academia Mexicana de Ciencia y para mi es una gran satisfacción el haber sido seleccionada. Sé que en la Academia se encuentran quienes han sido mis grandes maestros, y para mí es un honor”, comentó.
Desde el estudio de su licenciatura como Química Farmacobióloga, la doctora Clara realizó investigación sobre polimorfismos asociados a la artritis reumatoide. A lo largo de su maestría y doctorado en Biología Molecular e Ingeniería Genética, se acercó a la oncología molecular, específicamente con cáncer de colon, y realizó sus primeros trabajos de cultivo con células transfectadas con un replicón subgenómico del virus de la hepatitis C, lo que le permitió evaluar un modelo replicativo para poder analizar estrés nitrosativo.
“Actualmente yo tengo una línea en la que me enfoco en oncología molecular y silenciamiento génico”, comentó Ríos Ibarra y agregó que “esta nueva faceta analiza unas pequeñas partículas llamadas ‘microRNA’ para poder proponer estrategias no invasivas para el diagnóstico de cáncer de colon”.
Al ser miembro de este organismo se adquieren responsabilidades, entre ellas “seguir generando resultados provenientes de estrategias experimentales que tengan una aplicación inmediata o que puedan solucionar algún problema y que tengan un beneficio para nuestra sociedad”, puntualizó la profesora.
Emotivo reconocimiento a su trayectoria
“He recibido mucho apoyo del Tec desde mi ingreso a la institución en el 2012 para poder llevar a cabo mis proyectos de investigación, estoy adscrita como Profesor Investigador al Tecnológico de Monterrey, y he recibido apoyo por parte del área de Emprendimiento del Parque Tecnológico, de Dirección de Campus y por parte de diferentes directivos y colegas. Toda mi gratitud para el Tecnológico de Monterrey”, expresó la recién ingresada a la Academia Mexicana de Ciencia.
Además, la profesora Clara Ríos agradece y dedica este reconocimiento a su madre Laura Ibarra González, quien falleció durante el 2017, año en que la fue otorgado el reconocimiento.