En el marco del Encuentro LiFE 2020, Adriana Vargas Dichara, directora de Liderazgo y Vivencia del Tecnológico de Monterrey campus Estado de México, fue reconocida como Formador LiFE 2020 en la etapa local.
El Premio al Formador LiFE distingue a instructores, coaches y mentores que ayudan a los alumnos a tener una vivencia universitaria más completa.
“Estoy emocionada, por supuesto, feliz, y con ánimos de seguir cosechando más triunfos”.
La carrera profesional de Adriana en el Tec inició por casualidad, cuenta en entrevista, pues no era algo que estuviera buscando activamente.
“Mi interés siempre fue la Comunicación, sin embargo quise aprovechar la oportunidad que me brindó el Tec de Monterrey, y seis años después, creo que estoy en el lugar correcto”, aseguró.
Adriana lleva colaborando seis años en el campus Estado de México, de los cuales cinco han sido impartiendo clases y los últimos tres al frente de Liderazgo y Vivencia.
“El promedio de estudiantes que participan en Liderazgo y Vivencia anualmente es de 800. Son estudiantes que conforman Sociedades, Grupos, Comités Especiales. Eso sin contar todos los eventos que organizamos de vivencia para la comunidad en General”.
En la charla con CONECTA cuenta cómo ha sido su camino como Formador LiFE dentro de la institución.
“Trabajar el LiFE no es fácil, hay muchos retos en el diseño, impartición y culminación de las actividades que organizamos.
“Significa desafiar tus propios paradigmas y estar dispuesto a escuchar a estudiantes con inquietudes que quizás tú nunca tuviste o con problemas y situaciones que hace mucho no te toca afrontar. Es ser paño de lágrimas y a veces formador, dependiendo del día”, cuenta.
Para Adriana, la mayor satisfacción en este camino como Formador LiFE, es ver a sus estudiantes culminar sus estudios profesionales con una distinguida trayectoria.
“Ver a mis estudiantes graduarse, obtener un Borrego de Oro, un premio a su trayectoria, y más satisfactorio aún, es seguir su trayectoria laboral en redes sociales y darte cuenta que todo lo que aprendió en Liderazgo y Vivencia le sirvió enormemente para su desarrollo personal y profesional”, refirió orgullosa.
Uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado Adriana al frente de Liderazgo y Vivencia, es el poder crear espacios para los estudiantes quienes en el siglo XXI son sujetos y actores en una sociedad en cambio.
“Sin duda, un reto ha sido empujar con temas que son nuevos para nuestra comunidad estudiantil, abrir espacios para la escucha activa de nuestros grupos de inclusión, feminismo y salud mental”, explicó.
Actualmente, se desempeña como directora de Liderazgo y Vivencia (LiFE) del campus Estado de México y cuenta que representa para ella este reconocimiento a su trayectoria.
“Significa mucho para mi, es el reconocimiento a una ardua labor de seis años en el TEC, que me han hecho crecer como formador, como profesora, pero más como ser humano.
“Soy fiel creyente de que los estudiantes deben de tener una formación integral, pues es lo que me hizo a mí obtener muchas de las cualidades que tengo hoy en día”.
Adriana comparte que las bases de su formación personal y profesional son en gran parte a lo que ella aprendió como alumna en su paso por el Tec y las actividades de formación estudiantil en las que participó.
“No conocería la ética si nunca hubiera practicado rugby, no conocería la empatía si nunca hubiera perdido un partido de Tochito, y definitivamente no sabría lo que es ser auténtica si no hubiera participado nunca en actividades artísticas.
“Es por ello que siempre estoy buscando estudiantes, pequeñas joyas escondidas para abrir nuevos grupos estudiantiles, iniciar nuevos proyectos, diseñar nuevas estrategias.
“Todo esto lo comprendí tiempo después de graduarme, pues hice consciente todo lo que las actividades de DAE me otorgaron, ahora con LiFE, estos valores ya no son intrínsecos sino que están declarados y eso me da muchísima seguridad de que como formadora, estoy en el lugar correcto”, detalló.
Para Adriana los profesores o formadores son la clave de la educación, pero más allá, -son el pilar mismo que puede llevar a sociedades enteras a desarrollarse de maneras excepcionales, y como un gran ejemplo de esto son los países nórdicos-, asegura.
“A mis alumnos les he enseñado que todo lo que hagan le tienen que poner amor, autenticidad y muchísimo muchísimo esfuerzo, porque en esta vida las cosas no suceden de a gratis”.
Finalmente, agradeció al Tec por estos años colaborando en la institución y la oportunidad de poder transformar la vida de los estudiantes.
“El Tec ha sido un gran hogar en estos seis años que llevo trabajando aquí, por supuesto no han sido fáciles, pero si mi trabajo es ser Formadora, me da gusto estarlo haciendo en la mejor universidad de México”, concluyó.
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