Actualmente cursando el quinto semestre de PrepaTec en el campus Estado de México, Julio Ramírez Galindo fue elegido para ser parte de un grupo de 100 personas de todo el mundo para participar en un programa para jóvenes del Goethe Institut-Mexiko.
Fue invitado por las profesoras del departamento de Lenguas Extranjeras de PrepaTec por su alto promedio en alemán. La convocatoria consistió en enviar un vídeo (en alemán) sobre por qué le gustaría asistir y sus expectativas en cuanto al campamento.
Posteriormente, fue elegido de entre 5 personas de distintas escuelas. Mandó su currículum, pasaporte y una carta razón. Al cabo de mes y medio, fue seleccionado.
“Pues a mí me llega esa noticia y fue una sorpresa. Nunca pensé que fuera a suceder ni nada de eso.
“Uno de esos días fui a comer con la Directora General y con la Directora de PrepaTec, y me reconocieron”, expresó.
Tres semanas de experiencias
Durante el viaje, visitaron distintas ciudades y pueblos alemanes como Frankfurt, Hannover, Gottingen, Ramberg y Goslar. Alrededor de 4 estudiantes representaron a México; 2 de ellos, siendo del Tecnológico de Monterrey.
Igualmente, había gente de Brasil, Argentina, Canadá, Irlanda, India, Malasia, entre otros países.
Hubo algunas dificultades, pues el curso principalmente tenía a estudiantes nivel A2 de alemán, por lo que al llegar a Alemania, para Julio fue un tanto difícil acostumbrarse al idioma.
Asimismo, el alumno de PrepaTec recientemente había sido certificado en mayo, y para el final del curso debía hacer examen de certificación nivel B1.
“Yo no sabía que íbamos a hacer la certificación. Yo en el Tec había hecho el nivel A2 y el que seguiría sería el B1.
“A mí me abrumó un poco cuando me dijeron ‘vas a hacer examen’ y pues yo lo acababa de hacer en mayo y estábamos en julio, pero lo presenté y todo salió muy bien”, recordó.
“Cuando recibí la noticia del viaje para mí fue una gran sorpresa, nunca pensé que fuera a suceder”.
El campamento abarcó clases de alemán, repartidas en tres sesiones de hora y media cada una, de 8 de la mañana a 3 de la tarde.
En las horas libres, las y los estudiantes salían al karaoke, visitar museos, al estadio de Wolfsburg, entre otros. En los últimos días, se dedicaron a actividades donde expusieron cada uno elementos característicos de sus culturas.
Esta experiencia fue muy significativa para Julio, pues no solo fue su primer viaje a Alemania, sino que, fue una oportunidad para en el futuro estudiar en el extranjero.
Igualmente, para aprender a disfrutar las posibilidades que tiene en la vida y estar abierto a contactos con nuevas culturas y experiencias añadió:
“Uno de los consejos que quiero dar es que la gente se meta en todas las cosas y actividades que sean posibles. Esto ayudará para el currículum.
“Quizás no te sale bien, quizá sí, pero te aporta, te hace resaltar por encima de los demás. Es un tiro de suerte, pero todo suma”.
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