En medio de la explanada y rodeado por el edificio principal, sobresale el Bosque Central o “Bosque Mágico” del Tec campus Cuernavaca.
Esta área se diseñó con la idea de conservar lo que la naturaleza tardó años en construir y al mismo tiempo, crear un espacio donde la comunidad pudiera reconectarse con la naturaleza.
Cuenta con nueve grandes árboles nativos los cuales vistos desde arriba, forman una alineación que evoca a la constelación de Pléyades.
La arquitectura de paisaje fue realizada por Hubert Rogenmoser, dedicado a la construcción y de nacionalidad suiza, y Sadayoshi Kogiso, agrónomo de nacionalidad japonesa.
El arquitecto Juan Carlos Pérez González, QDEP, contó en el marco del 40 Aniversario del campus:
"El diseño del edificio principal buscó enmarcar el paisaje como eje central del espacio, uniendo la visión hacia el futuro de la arquitectura contemporánea y la naturaleza que perdura... abriendo una puerta al cosmos".
“Diseñar el Bosque Mágico fue como una orquesta, cada uno era experto en su área, en su instrumento; fue ir improvisando en el camino e ir cuidando las piedras, raíces y el concepto” comparte Hubert.
Para el diseño se decidió aprovechar la tipografía original del montículo de piedras y árboles nativos de la selva baja caducifolia representativa del Estado de Morelos.
El agrónomo Kogiso realizó un inventario de la vegetación endémica de la zona y se enlistaron especies como:
- Copalillo, órgano, bonete, tepehuaje, pochote, capiri, parota, jaboncillo, amate Prieto, guamúchil, casahuate, guayabillo, matarrata.
Alrededor de 8000 plantas de más de cien especies de arbustos y flores fueron sembradas.
Una vez teniendo el montículo base, se ubicó el lugar más conveniente para la construcción de una cascada que resaltara la belleza del lugar.
Esta cascada cae en un lago artificial con una variedad de carpas que lo acompañan.
“Cuando se construyó la cascada, tuvimos que cambiar varias veces el concepto porque nos encontrábamos con raíces principales de los árboles que se tenían que respetar” comparte Hubert.
Visitando el bosque se recorren caminos que se adaptaron de los naturales que tenía aquel montículo, para que los visitantes pudieran recorrer aquella belleza natural.
En la cumbre de la colina de aquel montículo, se diseñó un rincón de meditación, para que los visitantes puedan envolverse de la riqueza natural del espacio.
“Dicen que los árboles grandes poseen alma, por lo que debemos cuidarlos con mucho afecto y respeto”, comparten los diseñadores.
Existían nueve grandes árboles nativos que los diseñadores nombraron:
- Atlas (amate), Pleiones (jaboncillo), Maya (órgano), Celeno (órgano), Alcione (pochote), Electra (amate), Estérope (amate), Taigete (bonete) y Merope (bonete).
El árbol de amate, el más grande de todos que está cerca de la cascada, coincide con la posición de la estrella Atlas.
En palabras de los diseñadores:
"Tal vez para algunas personas este montículo evoque al gigante Atlas quien sostiene la bóveda celestial con sus hombros".
"La cultura japonesa descubre una belleza mística en la casualidad. La palabra “Shizen” es la traducción japonesa de la naturaleza, que literalmente significa “ser que se ha creado a sí mismo”.
En memoria del arquitecto Juan Carlos Pérez González, quien fuera responsable de la dirección arquitectónica de diseño y ejecución de obra del nuevo campus del Tecnológico de Monterrey en Cuernavaca.
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