“Siempre he comentado que no fui yo quien decidió ser docente, la docencia me eligió a mí” expresó María Eugenia Ballesteros, mejor conocida como Maru.
Maru, ha sido maestra del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad Obregón por más de 25 años y actualmente es directora de servicios académicos, pero sin dejar de lado su vocación; la enseñanza.
“El primer semestre que impartí clases quedé enamorada, es una forma tan maravillosa de prestar servicio, me fascinaba ver cada desafío que representaba la personalidad y necesidad de cada uno de mis alumnos, se volvió en mi forma de vivir” comentó María Eugenia.
La maestra Ballesteros ha formado gran parte de la historia del campus Ciudad Obregón.
“Actualmente hablan de muchos cambios, de adaptarnos a la nueva normalidad, de aprender a vivir diferente, pero la verdad, en mis 25 años en el Tec, si hay algo constante, es el cambio” agregó María Eugenia.
El campus Ciudad Obregón ha pasado por grandes transformaciones y una de las más grandes es haber cambiado de ubicación tres veces en sus 48 años.
Al inicio las instalaciones estaban ubicadas a las afueras de la ciudad, con aulas amplias con capacidad para más de 40 alumnos.
Tenían cerca la naturaleza y estaba rodeada de sembradíos, cultivos y de flores de girasol en la temporada del verano.
El segundo cambio fue a un lugar céntrico y en medio de la ciudad, para finalmente llegar a la ubicación actual del campus.
Con todos estos cambios, María Eugenia pensó que este ya sería el lugar definitivo en el cual impartiría sus clases por mucho más tiempo.
“Pensé que este sería mi último cambio de instalaciones, pero me equivoqué nuevamente y aunque no fue precisamente porque las instalaciones cambiarán de ubicación” añadió la profesora.
“Ahora el causante de esto, fue una pandemia y para cuidarnos y protegernos, el Tec nos movió a nuestros hogares” finalizó.
Como nos comentó Maru, este cambio la tomó por sorpresa, teniendo que renovar muchos de sus espacios.
“Jamás pensé en que transformaría mi recámara en un salón de clases, que tendría en mi pared dos pizarrones en lugar de las fotografías de mis hijos, que quitaría mi sillón para poner una mesa pegada a un escritorio”
“Pero a pesar de todo eso, espero seguir enseñando por mucho tiempo más; sin importar desde dónde o usando qué tecnología, porque si algo nos ha enseñado el Tec es a innovar y transformarnos” exclamó la directora.
Un simple ejemplo de cómo el Tecnológico de Monterrey se ha transformado a lo largo de los años es pasando de un modelo educativo tradicional, hasta llegar al modelo Tec21.
En este modelo se apuesta por un aprendizaje vivencial, en donde los alumnos se exponen a situaciones del entorno real donde aplican y desarrollan conocimientos y competencias.
“Sin duda alguna el Tec me ha preparado para los cambios, he aprendido más de tecnología en estos últimos tres meses que en mis 25 años” expresó Maru.
“Amo dar clases, amo estar frente a mis alumnos, amo verlos cada clase y poder compartir mi conocimiento y aprender de todo lo que ellos saben, porque tanto cómo yo les enseño, ellos me dejan mucho más a mí” concluyo la María Eugenia Ballesteros.