Cuando comenzó una dieta vegetariana con la idea de limitar su consumo de carne, Javier Vázquez se topó con algo: como estudiante foráneo casi no tenía tiempo para preparar sus alimentos o incluso para comer.
Esta situación, aunado a querer hacer algo más para el cuidado del planeta, lo llevaron a cofundar Grainest, un emprendimiento que desarrolla suplementos alimenticios a partir de residuos de la industria cervecera.
"A través de un proceso que se llama supra reciclaje, aprovechamos el bagazo de las cervecerías -todo el grano de malta que usaron para sacar azúcares- en vez de que termine como desecho en vertederos", platica Javier para CONECTA.
Javier, de 19 años y alumno del Tec de Monterrey en campus Querétaro, unió esfuerzos para desarrollar este proyecto con Óscar Mancilla, de 25 años, quien es Químico en Alimentos egresado de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
El primer producto de Grainest es Eco-Shake; para concretarlo se asesoraron con cerca de 20 nutriólogos para generar una fórmula balanceada.
“Es un complemento alimenticio que básicamente te da los nutrientes de una comida completa; es un polvo para preparar una malteada en dos minutos, te la tomas y te da energía hasta por 4 horas”, describe Javier.
“Del bagazo de malta aprovechamos la alta cantidad de fibra que tiene, la proteína vegetal y los minerales que quedan después del proceso de elaboración de cerveza, además, no tiene azúcar”, añade Óscar.
Los jóvenes comercializan sus productos a través de la página de internet de Grainest y cuentan con sabores como chocolate, vainilla, matcha y taro.
NUTRIR Y REDUCIR LA HUELLA ECOLÓGICA
Javier y Óscar se conocieron en un evento de emprendimiento y se dieron cuenta que ambos tenían intereses comunes y que podrían establecer un proyecto en conjunto.
Para encontrar qué problemática resolver a través de un proyecto, se dieron cuenta que según datos de la Organización Mundial de la Salud, en México 7 de cada 10 adultos padecen malnutrición.
Por otro lado, Óscar contaba con experiencia laboral en la industria cervecera, por lo que a los jóvenes se le ocurrió investigar acerca del bagazo de malta.
"Nos dimos cuenta de que es una 'mina de nutrientes', pero que al no aprovecharse este residuo puede provocar problemas ambientales", resalta Javier.
Para documentarse sobre el tema, se percataron de que en el país son más de 2 millones de toneladas de bagazo de malta las que produce la industria cervecera.
Al aprovechar el bagazo de malta se evita que se genere dióxido de carbono al descomponerse y se previene la contaminación de agua.
“Estamos buscando cuidar la salud de la gente a través de facilitarles el poderse nutrir correctamente y reducir su huella ecológica, a través de todo el proceso que llevamos a cabo”, dice el estudiante del Tec.
Actualmente, Javier y Óscar obtienen el bagazo de malta de cervecerías artesanales y usan la maquinaria de una panadería de la mamá de Javier para procesar su producto.
SU GUÍA: EL CAPITALISMO CONSCIENTE
Desde que estudiaba en PrepaTec Javier ya tenía claro que quería ser un emprendedor, comparte.
Al entrar al Tec a carrera conoció el concepto de capitalismo consciente, por lo que se propuso desarrollar una empresa con impacto social, como lo proponen Raj Sisodia y John Mackey, impulsores del movimiento.
“Durante mis clases en los primeros semestres de la carrera tuve mucho hincapié en la cuestión del capitalismo consciente, vi conferencias de Raj Sisodia en el Tec y la verdad es que se ha quedado mucho conmigo ese concepto.
“Empecé a pensar en una empresa que no solamente persiga el beneficio económico sino que cree un mayor bienestar alrededor de ella, en su gente, sus socios, sus proveedores, sus clientes, y es bajo esa filosofía que regimos muchas de nuestras acciones”, dice Javier.
Ahí mismo, en el Tec campus Querétaro, Javier conoció a Enactus, un grupo estudiantil de emprendimiento social, donde recuerda que le presentaron a Ján Rehák, profesor de la Escuela de Negocios de ese campus y quien actualmente es su mentor.
“El proyecto de Javier tiene un gran potencial de generar un cambio positivo en la industria, está arrancando de una manera innovadora, buscando el cambio hacia una economía circular, y generando alianzas que le apoyan a conseguirlo”, considera Rehák.
“Creo que el único futuro de la humanidad es posible a través de la economía circular y el capitalismo consciente. Son modelos muy relevantes para los emprendedores de hoy, y como mentores ayudamos a que comprendan y apliquen estos conceptos en su día a día”, opina el profesor.
HACIA DÓNDE VA GRAINEST
Con su proyecto sostenible los jóvenes han destacado en competencias nacionales de emprendimiento como el HEINEKEN Green Challenge 2019 donde fueron semifinalistas y actualmente en el Corona Challenge 2020, donde están en la final.
Los creadores de Grainest buscan consolidar su marca y mejorar su producto, por ejemplo, aunque su empaque ya es biodegradable, les gustaría cambiarlo por uno que fuera 100% compostable.
“Queremos que sea un empaque que puedas incluso sembrar en tu jardín y se vaya en días”, señala Javier.
Para eso necesitan más recursos, dice el estudiante, es por eso que desarrollaron una campaña que incluye un nuevo sabor en sus malteadas: pan de muerto.
“El objetivo es que a partir de los recursos obtenidos de la venta de ese lote, podamos seguir financiando el desarrollo.
“Nos falta hacer pruebas con equipo que no tenemos, para temas de porosidad o de humedad y cuestiones importantes para mantener la calidad de grado alimenticio que se requiere”, explica.
Esto le daría a Grainest la posibilidad de entrar a otra línea de mercado y a expandir sus horizontes como parte de su objetivo de fabricar productos conscientes.
“Tenemos varias ideas por desarrollar, pero mucho es posicionarnos como una marca que genera soluciones de una manera consciente.
“El Tec me ayuda mucho en cuanto a poder ir aprendiendo y aplicando sobre la marcha, es ver como me armo de herramientas y conocimiento para ver que teorías funciona y se adaptan en este ambiente”, concluye Javier.
SEGURO TAMBIÉN QUERRÁS LEER: