Adriana Ramírez* | Opinión | Coordinadora del Centro Internacional de Casos del Tecnológico de Monterrey.
En días pasados recibimos la noticia del reporte definitivo sobre el crecimiento trimestral del Producto Interno Bruto (PIB), donde el INEGI rectificó su cifra de 0.1% a 0%.
Lo que significa básicamente un estancamiento de la economía, dado que no hubo cambio alguno en el indicador en los últimos 3 meses.
Entonces, ¿cómo puede darse una modificación en un indicador tan importante sobre el cual se referencia el crecimiento económico? Es importante conocer cómo son calculadas estas cifras y con qué frecuencia se dan a conocer.
Esto nos lo explica de manera magistral Jonathan Heath, ahora subgobernador del Banco de México, en su libro, “Lo que indican los indicadores”.
El PIB es uno de los indicadores más completos con los que se mide la actividad económica en el país. Por ello es el más correlacionado con el ciclo económico. De ahí surge que al juntar 2 trimestres con decrecimientos pensaríamos en una recesión.
La única “desventaja” que tiene el PIB es que se reporta de forma trimestral, porque su cálculo en realidad es muy complicado.
Requiere un esfuerzo de incorporar información muestral adecuada para poder realizar inferencias estadísticas que permitan tener el mejor estimado de la suma de los valores de mercado de todos los servicios y productos finales elaborados en nuestro país.
El INEGI sigue un proceso realmente cuidadoso para evitar una doble contabilidad y para realmente reflejar el valor agregado que se genera en nuestra economía.
A nivel internacional, existen diferentes metodologías para medir el PIB, México utiliza una de las metodologías más complejas, pero también más exacta por el Fondo Monetario Internacional, lo cual debería darnos certeza de su veracidad.
Este proceso involucra una gran cantidad de tiempo y esfuerzo; por lo tanto, el dato oficial del PIB se da a conocer 7 semanas posteriores al cierre del trimestre.
Nosotros tuvimos el dato del trimestre abril-junio hasta el 23 de agosto y aunque el 31 de julio obtuvimos una cifra preliminar, justo así fue como el INEGI la dio a conocer, como cifra oportuna que podría ser sujeta a modificaciones.
De acuerdo a Jonathan Heath, en México, el INEGI favorece la veracidad sobre la oportunidad. Es decir, aunque los indicadores se publican con mayor retardo que como lo hacen en Estados Unidos.
Por ejemplo, en México estos indicadores suelen no sufrir modificaciones drásticas, mientras que, en nuestro país vecino, el dato del PIB se da a conocer con mayor antelación, pero se puede modificar hasta 3 o 4 veces posteriores al primer anuncio.
Ahora bien, ¿a qué se debe esta modificación de la cifra del PIB? El PIB se desglosa principalmente en componentes y los principales son los que se categorizan en actividades primarias, secundarias y terciarias.
El dato del PIB no sufrió variación respecto al informe preliminar, ni en actividades primarias ni terciarias, pero sí lo hizo en las secundarias, que son aquellas actividades relacionadas a la industria de la transformación.
Desde el 31 de julio supimos que las actividades terciarias habían crecido en 0.3%, mientras que las actividades primarias habían decrecido un 3.4%, este dato no cambió el viernes pasado.
Lo que sí cambió fue que en las actividades secundarias se había estimado que no habría variación y finalmente se determinó que su variación fue de -0.2%.
El gran “salvavidas”, en realidad fue el sector de servicios, las actividades terciarias, ya que representan un poco más del 60% del cálculo del PIB y aunque la actividad industrial decayó, el efecto representó en términos netos solo un 0.1%.
Finalmente, no estamos hablando de cifras realmente alentadoras, seguimos en un ambiente de incertidumbre, nacional y global, y un estancamiento en la economía no nos presenta bien parados ante una posible recesión global.
* Adriana Ramírez Rocha
Es coordinadora del Centro Internacional de Casos del Tecnológico de Monterrey, Especialista en Escritura de Casos y Miembro de la Asociación Latinoamericana de Casos ALAC.
Además se desarrolla como profesora de Contabilidad y Finanzas dentro del campus Guadalajara.
Es especialista en temas de finanzas, mercados internacionales, fluctuaciones monetarias, expectativas económicas, ahorro y créditos personales.
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