Juan Carlos Villalobos* | Opinión | Director de la Licenciatura en Comunicación y Medios Digitales
Existe un fenómeno en la actualidad que ha sido provocado en buena medida por las posibilidades que ofrece el Internet para adquirir y compartir el conocimiento, me refiero a la inteligencia colectiva.
Esto refiere a la construcción del conocimiento a partir de la interacción de los usuarios, unos expertos y otros no tanto, que crean contenidos informativos, explicativos y de entretenimiento, para alimentar las plataformas.
Estas plataformas tienen tamaños y características muy variadas. Algunas son 100% profesionales y otras dependen de la buena voluntad de las personas comunes con deseos de compartir lo que ya saben.
Muestras hay muchas, el más representativo es Wikipedia -del que hablaremos un poco más adelante- pero también están Facebook y Youtube, donde hay productos tutoriales que van desde tejido hasta manuales de construcción.
Es muy probable que cualquiera de nosotros haya participado en alguna actividad de conocimiento colectivo al haber aportado información sobre un evento o producto, o al haber brindado una explicación en la red.
Una de las razones por las que funciona la inteligencia colectiva es que sucede dentro de sistemas determinados, donde el código o lenguaje es común a muchos usuarios con los mismos intereses.
Por ejemplo, el reporte vial de Notisistema es un ejemplo de inteligencia colectiva, donde diversos usuarios, relacionados o no con el medio, ayudan a completar un mapa de las condiciones del tráfico en la ciudad.
El código de este sistema de inteligencia colectiva es el tráfico, y todo lo que tenga que ver con medirlo y evitarlo es una contribución válida para el sistema llamado reporte vial.
En este sistema no caben reportes de otros sistemas, como las exposiciones de los museos de la ciudad.
A menos que sean las polémicas piezas del museo vertical, figuras deportivas panamericanas que se colocaron sobre la avenida Lázaro Cárdenas, pero sólo si son distractores que provocan accidentes o entorpecen la circulación.
En el caso de Wikipedia, que es el producto de inteligencia colectiva más popular, existen diversos contenidos como definiciones, biografías, datos históricos y foros de discusión.
Los contenidos pueden ser creados por cualquier persona registrada, que más bien es un wiki, precisamente por esa posibilidad de darle entrada a tantos autores como sea posible, para que trabajen de manera simultánea en un mismo documento.
Es, como otras plataformas de inteligencia colectiva, un producto de construcción de contenido de larga escala.
El mayor riesgo de las plataformas de inteligencia colectiva es que son sistemas en los que casi cualquier persona conectada a la red de redes puede participar, lo que en algunos casos lleva a la distribución de información falsa.
Recuerdo la anécdota de una alumna que contaba cómo un grupo de sus amigos habían creado una página sobre ella en Wikipedia, la señalaban como la pintora viva más importante de Jalisco, cuando ella no tenía habilidades.
Los jóvenes aseguraban que la información falsa había permanecido ahí por más de tres días hasta que alguien la reportó.
Esto sucedió en el 2009, cuando los sistemas de control de Wikipedia eran más rudimentarios.
En la actualidad estas bromas son más difíciles de lograr, pues el sitio cuenta con filtros de publicación como la obligatoriedad de citar fuentes so pena de dejar los contenidos pendientes de revisión por los administradores.
Pero más allá de los filtros, las plataformas de inteligencia colectiva, como todos los sistemas, comienzan a autorregularse y desarrollan sus propios códigos de conducta.
A quienes no los respetan suelen ser señalados o simplemente apartados de la comunidad. En el caso de Wkipedia, el código es la veracidad de la información y los usuarios del wiki lo respetan regularmente.
Aún así, falta que las plataformas de inteligencia colectiva desarrollen estrategias más sólidas para verificar la información y acuerdos de uso que sean claros, para que se conviertan en fuentes de información confiable.
Por el momento siguen siendo sistemas sociales abiertos, donde los participantes son seres humanos que con toda la intención o simplemente por omisión, podrían estar reproduciendo información falsa.
A lo que se quiere llegar es que la inteligencia colectiva sea otra de las vías que la tecnología ofrece para mejorar la vida en el mundo real.
*Juan Carlos Villalobos
Especialista en comunicación y medios, sociedad y repercusiones de la comunicación y el uso de medios en la población.
Recibió el grado de Maestro en Comunicación y Medios Digitales por la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos.
Ha colaborado para el servicio público en Jalisco y se ha desempeñado como académico y administrativo en el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara, en las áreas de Comunicación y Desarrollo Humano.
Es especialista en estrategia de contenido para medios digitales, Media Literacy y reputación en redes, comunicación y medios, sociedad y repercusiones de la comunicación y el uso de medios en la población.
LEE TAMBIÉN:
LEE TAMBIÉN: