Tras 40 años de impartir clases el profesor Jaime Martínez se retira dejando un legado de conocimiento y evolución en las tecnologías digitales
Por Martha Mariano | campus Monterrey
El profesor Jaime Martínez mantiene una mirada serena mientras está sentando frente a su escritorio, con un librero casi vacío detrás de él, así como algunas fotografías que aún descansan sobre la pared como una memoria de 40 años de trabajo.
El pasado viernes 12 de abril fue el último día en el que el profesor Jaime compartió clase con sus alumnos.
Tras 40 años de servicio como docente se retira dejando una huella imborrable en la historia del Tec.
Graduado de la Ingeniería en Sistemas Electrónicos en 1980, el profesor recuerda con nostalgia sus inicios como docente en la Escuela de Ingeniería y Ciencias.
“Cuando yo estudiaba nunca me imaginé que iba a terminar dando clases aquí mismo en el Tec, pero cuando me invitaron como maestro me di cuenta que me gustaba mucho enseñar”, mencionó.
"La primera clase que di fue la de Lógica Computacional".
De 1981 a 1997, se desempeñó como profesor en el Departamento de Ciencias Computacionales; posteriormente fue director de la carrera de Ingeniería en Sistemas Electrónicos, la cual se transformaría en 2005 en Ingeniería en Tecnologías Electrónicas.
Esta misma volvería a sufrir otra transformación en el 2008 para llegar a ser la carrera que actualmente se conoce como Ingeniería en Sistemas Digitales y Robótica.
“He seguido en todas las transformaciones de la carrera, hasta la fecha he tenido una evolución en toda la parte digital y redes de computadoras, mi mundo ha sido digital, eso es lo que me apasiona.
El mayor reto siempre fue el actualizarme año con año, tenía que ponerme al día porque yo sabía que si no lo hacía poco a poco se va quedando obsoleto el conocimiento”, comentó.
Experiencia al servicio
Para el profesor Jaime, dar clases se convirtió en una rutina tan cotidiana y a la vez tan gratificante que lo llevó a considerar al Tec como una segunda casa, donde tenía la oportunidad de seguir compartiendo la curiosidad de saber cómo funcionan las cosas con sus estudiantes.
“La experiencia te va cambiando completamente, al principio uno cree que sabe de la materia, pero después te das cuenta de que hay muchos detalles que no conoces y a medida que te van cuestionando los alumnos también vas aprendiendo con ellos”, señaló.
Compartió que entre sus principales logros durante su trayectoria se encuentra la publicación del libro Organización y Arquitectura de Computadoras el cual realizó en el 2000 junto con su homólogo, el profesor Agustín Olvera.
“Lo que más recuerdo de mi historia aquí en el Tec son los campamentos de verano que comenzamos en el 82 u 83 donde intentamos introducir a los niños al mundo de las computadoras”, agregó.
Ahora, al final de este ciclo como docente y tras 44 generaciones graduadas bajo su mentoría, el profesor expresó su gratitud y orgullo hacia la institución que lo vio crecer primero como estudiante, luego como profesor y finalmente como un pilar en el área de la ingeniería.
“Cuarenta años, parece que es mucho tiempo", reflexionó el docente,
"Sin embargo, el viaje que he tenido en esta Institución ha hecho que esté lleno de aprendizajes, diversiones, amistades y muchos recuerdos que hacen que el tiempo transcurra rápido.
"La oportunidad de dar clases ha resultado ser una de las cosas que más me llevo, porque he tenido la oportunidad de transmitir mis conocimientos y guiar a personas que son el presente y futuro de México”, finalizó.
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