Recibimos cada día miles de migrantes en México, sin embargo, no les ponemos atención si viajan en situación regular con documentos
Por Dra. Angélica Camacho Aranda - 16/11/2018

Redacción Conecta | Campus Querétaro

He seguido con cuidado el éxodo centroamericano de estas semanas y hacer un análisis no es fácil si uno considera, por un lado, los Derechos Humanos y por otro, los retos que tiene México. Es un derecho universal inherente de las personas migrar y vivir donde quieran, nuestra Ley de Migración en el Artículo 7 manda proteger la unidad familiar, facilitar la movilidad internacional y un respeto irrestricto de los derechos humanos de los migrantes. Ninguna persona, excepto los agentes de migración, pueden detener y ni solicitar identificarse a personas extranjeras. Los gobiernos de todos los niveles tienen la obligación de cumplir con esta ley y proteger a las personas en tránsito irregular.

Ante la ola de comentarios xenófobos en redes sociales y las expresiones de miedo, Adela Cortina explica cómo el rechazo viene del miedo a la pobreza y se refiere a esto como aporofobia que es el “desprecio al pobre, del rechazo a quien no puede devolver nada a cambio, o al menos parece no poder hacerlo” (Cortina, 2017). Recibimos cada día miles de migrantes en México, sin embargo, no les ponemos atención si viajan en situación regular con documentos; si son rubios y altos, mejor, a ver si nos ayudan a “mejorar la raza” y sacarnos de un subdesarrollo mental que nos tiene inquietos.

No es fácil para muchos políticos arriesgarse a dar el paso y ayudar, sobre todo cuando tenemos miles de desplazados en Chiapas por grupos paramilitares, 1 millón y medio de afromexicanos de quienes preferimos pensar que no existen; cientos de personas afectadas por las inundaciones

en Nayarit por el huracán Willa y muchos pobres a quienes no llegan las posibilidades de desarrollo.

Se me ocurre que tal vez podríamos hacer propios todos estos problemas y que nos organicemos como sociedad civil para empujar el diseño de políticas públicas y programas que integren a todos. Una forma de hacerlo es perteneciendo a una Asociación Civil u Organización No Gubernamental de acuerdo con nuestros intereses.

FOTOS: Iván Ruiz Mazari
FOTOS: Iván Ruiz Mazari

Dra. Angélica Camacho Aranda es profesora de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.

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