La insistencia del sonido de mi teléfono me despertó temprano. Molesto, miré las 7 llamadas perdidas. No pude reaccionar antes de que el número de mi amigo hiciera sonar de nuevo mi celular. Descolgué pensando lo peor. Entonces, con una voz casi frenética, mi amigo dijo una cifra: “16’531,080.00 dólares”. ¡Me paralicé! Dejé caer el teléfono al suelo. 16 millones y medio, eso valía ahora, en diciembre del 2017, nuestra inversión de 300 dólares del Bitcoin de hace 6 años. ¿Dinero fácil o una burbuja falsa?
La euforia que inició a mediados de noviembre, cuándo un Bitcoin valía alrededor de 7,000 dólares, ha sido exponencial, ha llevado a la moneda valer a mediados de diciembre hasta 16,531.08 dólares. Esto lleva a los expertos financieros y economistas a hacerse una pregunta corta llena de incertidumbre: ¿cuánto más puede soportar una criptomoneda antes de caerse?
Bitcoin es una criptomoneda que se creó en el 2009 por un personaje desconocido, cuyo alias es Satoshi Nakamoto. La moneda virtual se crea de manera automática por código de computadora, teniendo hoy en existencia más de 150 millones de dólares en Bitcoins. Al ser una moneda dependiente de un mercado casi totalmente libre, sólo controlado por la escases de la criptomoneda -oferta y demanda-, su valor es especulativo. Esto hace a la moneda virtual un elemento muy volátil con la capacidad de crecer o caerse en cualquier momento.
¿Vale la pena invertir en Bitcoin o es demasiado tarde? Si esta pregunta se le hubiera hecho a un experto en economía o finanzas hace unas semanas con la criptomoneda a un valor de 10,000 dólares, muy seguramente le darían la misma respuesta que hoy: “no se puede saber. El Bitcoin está muy alto, es muy posible que se ajuste -baje de precio-. Dependerá del mercado”. Esta es la característica que más molesta a inversionistas clásicos y amantes del sistema bancario tradicional; una volatilidad impredecible.
¿Hay otras alternativas para subirse al “rush” de las criptomonedas? Sí, muchas. Un ejemplo es Litecoin, una criptomoneda que nació en el 2013, que valía sólo 60 dólares a finales de octubre, y que apoyado en la euforia del Bitcoin, al día de hoy sobrepasa los 310 dólares. En una economía virtual sin regulaciones, manejado solo por la escases de un producto financiero (¿dinero fácil?), la especulación es rey.