Conforme el conflicto entre Ucrania y Rusia ha persistido durante tres años, el cese al fuego parece más cercano que nunca, coincidieron especialistas del Tec de Monterrey.
De acuerdo con Juan Carlos Cobián y Nicolás Foucras, profesores de campus Monterrey, así como Xóchitl Pimienta, de campus Santa Fe, el mundo se prepara para una nueva etapa de negociaciones para poner fin al conflicto armado.
Las recientes negociaciones de paz, iniciadas por Estados Unidos y Rusia han suscitado tanto esperanza como controversia, sobre todo debido a la exclusión de representantes europeos y ucranianos en las primeras fases.
“Hace algunas semanas las pláticas todavía consideraban el cómo le hacemos para que Ucrania ingrese a la OTAN, y por lo menos que el bloque europeo contenga un poco las agresiones por parte de Rusia, pero eso ha cambiado”, explicó Pimienta.
La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) es una alianza militar fundada en 1949 con el objetivo de garantizar la seguridad colectiva de sus miembros mediante la cooperación y defensa mutua.
Con la Conferencia de Seguridad de Múnich 2025 fungiendo como el centro de estas primeras discusiones, especialistas prevén profundas divisiones entre los líderes mundiales sobre el mejor camino a seguir.

Principales implicaciones sobre los diálogos de paz
- Cambio en el esquema de diplomacia europea
Tanto el profesor Cobián como la profesora Pimienta concordaron en que el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump sobre los diálogos de paz entre Rusia y Ucrania tiene implicaciones significativas, tanto para el panorama global como para Europa.
Primeramente, Cobián destacó que la decisión de Trump de comunicarse directamente con el presidente ruso Vladimir Putin ha quebrado la política de “aislamiento” que habían mantenido las potencias occidentales ante el actor ruso.
“Se hace un viraje con respecto a la política del (expresidente Joe) Biden donde había un frente común europeo occidental de bloquear y aislar al Presidente Putin de no permitirle ningún tipo de contacto de alto nivel”, explicó el académico.
Asimismo, ambos profesores destacaron la falta de presencia ucraniana dentro de las primeras declaraciones, lo que supone un antecedente importante en el involucramiento ruso dentro de la soberanía europea.
“Ucrania debería estar presente en estas conversaciones y en este diálogo por la paz y no se le está consultando. En este punto pareciera que es como un tercero que ya perdió la guerra y que hay alguien más interviniendo”, comentó Pimienta.
“Ya dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky que no va a aceptar ninguna negociación sobre el futuro de su país si ellos no están participando. Esto es evidente, y el problema es la estrategia de Trump de hablar y de negociar directamente con Putin”, añadió.
De acuerdo con Pimienta, este tipo de diálogos y diplomacia generan una nueva ola de incertidumbre internacional, Cobián agregó que se espera que las instituciones europeas se mantengan con un acercamiento relativamente pasivo.
“La respuesta de las instituciones europeas, particularmente de Úrsula Von der Leyen (presidenta de la Comisión Europea), para la política exterior va a ser muy diplomática ya que saben que lo importante para Europa es mantener la unidad”, dijo Cobián.

Fragmentación del bloque regional y la UE como actor internacional
De acuerdo con el profesor Nicolás Foucras, los nuevos diálogos bilaterales, además de excluyentes para Ucrania, también significan que la Unión Europea (UE) podría quedar relegada a un rol más pasivo y de espectador.
“Estaría a cargo del financiamiento de la seguridad y reconstrucción en Ucrania”, compartió el maestro sobre el posible rol al cuál la organización podría ser relegada durante las pláticas a futuro.
“La Unión Europea ha sido un actor clave en el apoyo a Ucrania, pero si Estados Unidos toma el control de las negociaciones sin contar con la Unión Europea, pues su influencia política va a estar muy mermada y muy reducida”, remarcó Pimienta.
Siendo así, Cobián explicó que el miedo a una fragmentación más intensa se aúna a una amenaza rusa y a una relación tensa con los Estados Unidos, lo que puede propiciar un actuar menos firme aún dentro de su apoyo a Ucrania.
“Mi perspectiva es que se va a mover con mucha cautela la Unión Europea para evitar que existan todavía más tensiones (...) esto pensando en que una actitud un poquito más abierta y beligerante pudiera provocar una ruptura más rápida en el bloque”, indicó.
Este acercamiento fue visible durante la 61ª Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada del 14 al 16 de febrero, donde el representante estadounidense Keith Kellogg enfatizó que Europa no tendría un asiento en la mesa de negociaciones.
Asimismo, el representante incitó a los países europeos a centrarse en cambio, en sus planes de apoyo de posguerra para Ucrania, remarcando el escenario planteado por el profesor Foucras.
Debilitamiento de la democracia y soberanía europea
Una preocupación compartida por los académicos, fue a su vez la manera en la que los diálogos de paz plantean un nuevo antecedente en cuanto a la incidencia de actores externos en la soberanía europea.
“Las negociaciones bilaterales entre Estados Unidos y Rusia iniciaron en noviembre (...) ya el acuerdo existe, así que las negociaciones a futuro serían una parodia”, compartió a su vez el profesor Foucras.
“Trump privilegia lo bilateral en detrimento de lo multilateral, lo que rompe la unidad occidental”, añadió.
Si bien Cobián no vislumbra un debilitamiento en cuanto a la identidad europea, tanto él como Pimienta concuerdan en que el poder de decisión de los estados europeos y sus instituciones se ven limitados.
De acuerdo con Pimienta, de manera interna en el escenario europeo, la fragmentación política en el bloque se ha manifestado en la proliferación de partidos políticos y coaliciones más complejas, generando una creciente dificultad para alcanzar consensos.
“Esto puede obstaculizar la capacidad de la UE para tomar decisiones rápidas y efectivas en áreas críticas como la política exterior y la defensa (...) Esto puede resultar en gobiernos más frágiles y propensos a crisis internas”, argumentó.
“Países europeos claves como Francia y Alemania podrían también buscar mayor autonomía en la política exterior, porque además son los países que tienen mucha más certeza de su futuro económico”, aclaró.

Posibles implicaciones en la economía regional y global
De acuerdo con Pimienta, la fragmentación política que se está viendo como consecuencia del anuncio del anuncio de Trump también puede afectar la confianza de los inversores y la estabilidad económica en el panorama regional y global.
“Puede que algunos países europeos reconsideren su dependencia del gas ruso. Si se levantan las sanciones a Rusia, algunos países podrían volver a comprar energía, lo que podría debilitar la postura de la UE frente a Moscú”, esclareció.
“Esto puede hacer que Europa sea más vulnerable en términos de seguridad energética”, añadió.
La guerra en Ucrania, compartió la docente, también ha afectado significativamente la producción agrícola y de metales en la región con el 25 % de las tierras agrícolas más fértiles de Ucrania ocupadas por Rusia.
Además, la ocupación de territorios ricos en metales como titanio y litio podría cambiar la dinámica comercial en Europa, obligando a los países a buscar alternativas en otros lugares, como China.
“Podríamos ver una mayor diversificación de las relaciones comerciales de la UE, buscando acercamientos a potencias como China o los BRICS para contrarrestar la incertidumbre en la relación con Estados Unidos”, explicó.
BRICS es un bloque económico y político conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
¿El acuerdo se vislumbra como un posible avance en el conflicto?
A pesar de que los académicos reconocen que los diálogos post-Múnich planeados para el futuro en Arabia Saudita podrían simbolizar un cese al fuego y un punto en la reconstrucción de Ucrania, también señalan preocupaciones ante ellos.
“El acuerdo que se propone no acabaría con el conflicto ucraniano”, argumentó Foucras.
“El acuerdo validaría muchas concesiones a Rusia: el reconocimiento de los territorios conquistados que son alrededor del 20 % de Ucrania, no permitiría la adhesión de Ucrania a la OTAN y llevaría a una fuerte influencia política rusa en este país”, puntualizó.
De acuerdo con el docente, considerando que Ucrania tiene una posición débil, su prioridad es la preservación de unidad ante actores externos, uno de los propósitos de la cumbre de Múnich.
En respuesta a su exclusión, líderes europeos han convocado a diálogos para formular una estrategia unificada con el presidente francés Emmanuel Macron, subrayando la necesidad de una participación europea en cualquier proceso de paz relativo a Ucrania.
Con las alianzas y ampliación del Triángulo de Weimar original (Alemania, Francia y Polonia) para incluir al Reino Unido, España, Italia y la Comisión Europea, Cobián destacó el compromiso de Europa de afirmar su influencia geopolítica de forma independiente.

¿Qué escenarios se prevén hasta el momento?
Según los académicos, si bien el panorama de negociaciones post-Múnich puede ser definido como incierto, existen algunos puntos clave que pueden marcar la presencia de escenarios óptimos y escenarios negativos en el devenir.
“El mejor escenario es que se encuentre una forma de subir a la mesa de negociaciones a Europa y a Ucrania. No se va a entender una negociación sin Europa y sin Ucrania presentes, ese es un hecho”, indicó Pimienta.
“Además, en el mejor escenario me parece que implicaría un acuerdo para ambas partes sobre el territorio, sobre la producción de metales. A lo mejor estamos hablando de un esquema de transición y reconstrucción”, subrayó.
De acuerdo con Cobián, los diálogos sobre Ucrania también se ven fuertemente vinculados al liderazgo y periodo de Trump en el poder, mismo que, de no haber cambios en la Constitución, se ve limitado a cuatro años.
“Aún así creo que (Trump) tiene un interés en que estos procesos de negociación marchen rápido para poder dejar un legado como el pacificador que prometió ser en su discurso de toma de protesta. Entre más rápido, mejor”, compartió.
“Por el lado de Putin también hay un claro desgaste. La guerra ha sido muy costosa para Rusia y tiene una ventaja importante en el proceso de negociación ya que Ucrania sabe perfectamente que dependen del apoyo norteamericano”, agregó.
Finalmente, de acuerdo con Pimienta, los peores desenlaces serían aquellos que culminen con el proceso de Ucrania para pertenecer a la OTAN o de la UE de manera definitiva, una pérdida territorial mayor, así como una presencia rusa en una Europa fragmentada e inestable.
El conflicto Rusia-Ucrania
El 24 de febrero de 2022 Rusia lanzó una invasión a gran escala de Ucrania, al alegar amenazas a su seguridad y apoyo a las regiones separatistas.
Ucrania, con apoyo militar y financiero de Occidente, ha resistido la ofensiva rusa, pese a perder el control de algunos territorios tomados por fuerzas rusas.
Esta "operación militar especial" ha provocado sanciones internacionales contra Rusia.
Actualmente, la guerra continúa con ofensivas rusas en el este y contraofensivas ucranianas.
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