Donar una empresa a una causa social podría ser el futuro de la filantropía, opinó Raj Sisodia, líder del Centro de Empresas Conscientes del Tec de Monterrey, al hablar sobre el caso de la compañía de ropa Patagonia
Yvon Chouinard, fundador de esta empresa, anunció hace días que donaría su compañía valuada en 3 mil millones de dólares, manteniendo su operación y destinando las ganancias a la lucha contra el cambio climático.
“Cuando tienes un claro sentido de propósito y valores centrales en una compañía, puedes usarla como plataforma para hacer una diferencia", señaló Sisodia.
"Es una clara y pura consciencia alrededor de su propósito. Todo se trata del propósito", añadió.
Donar empresas, ¿el futuro de la filantropía?
Sisodia mencionó que el caso de Patagonia es un avance, pero que también no podría ser replicado por todos.
“Uno no esperaría que todas las compañías lleguen tan lejos como Patagonia, pero nos muestra lo que una empresa con principios puede hacer. Se trata de encontrar soluciones rentables para los problemas del mundo”, mencionó Raj.
El profesor distinguido del Tec señala que la acción de la compañía con origen en esa empresa es un ejemplo vivo del capitalismo consciente, movimiento con el que Raj busca sanar al mundo desde las empresas.
“Diría que si analizas el espectro del capitalismo consciente en los diferentes grados de consciencia, Patagonia está hasta el final. Es una clara y pura consciencia alrededor de su propósito”, indicó.
"Este no es un negocio con una misión, sino una misión con un negocio" - Raj Sisodia.
Acciones de las empresas para promover el capitalismo consciente
Sisodia añadió que a pesar de que no todas las empresas puedan o quieran seguir el camino que tomó Patagonia, hay algunas acciones que pueden realizar para promover el capitalismo consciente.
“Pueden adaptar los principios del capitalismo consciente, tener un propósito superior relacionado a resolver los problemas reales de las personas en el planeta y de igual manera no contribuir a esos problemas.
“Descubrir la manera en que queremos servir a nuestros públicos, incluida la sociedad, el planeta y los clientes”.
De igual manera, Raj señaló que las empresas pueden enfocarse en ayudar no solo financieramente, sino también en temas físicos, emocionales e intelectuales, entre otras.
“Ahora que conocemos el impacto, también conocemos nuestra responsabilidad. Sabemos exactamente cuáles son las consecuencias de nuestras acciones, y por lo tanto, debemos ser responsables de ellas.
“Debemos comenzar a liderar y manejar nuestros negocios de una manera consciente”.
La donación de Patagonia a una causa social
Fue a mediados de septiembre del 2022 cuando Patagonia transformaría su modelo de negocios con base en su propósito.
En lugar de generar riqueza para los inversores, donarían el dinero de las ganancias para proteger al mundo ante el cambio climático y para defender la naturaleza.
“Cada año, el dinero que generemos luego de reinvertir será distribuido como un dividendo para ayudar a enfrentar la crisis”, señaló en un comunicado.
La familia, dueña de la empresa, transfirió la propiedad valuada en alrededor de 3 mil millones de dólares a un fideicomiso sin recibir un beneficio fiscal.
Además, transfirieron sus acciones con derecho a voto a una entidad encargada de la continuidad de la empresa y a la donación de las ganancias que genere la compañía.
“Patagonia es una compañía rentable y exitosa, pero todo sirve a un propósito. En la mayoría de las compañías ese propósito es la ganancia de dinero. Sin embargo, en Patagonia, la gente, los clientes y hasta las ganancias sirven al propósito de la organización.
"Este no es un negocio con una misión, sino una misión con un negocio creado para ayudar a salvar al planeta”, aseguró Raj.
El profesor del Tec añadió que acciones como la de Chouinard, de 83 años, pueden hacer que otras empresas se inspiren y busquen mediante el capitalismo consciente un propósito, generar valor para sus públicos y crear una visión para sanar el mundo desde las empresas.
Patagonia y su propósito de ayudar al mundo
Raj narra cómo Yvon encontró un propósito al iniciar su empresa creando herramientas para alpinistas, notando que podría contribuir a disminuir los efectos de la contaminación generados por sus procesos y productos.
“Yvon estaba produciendo equipo para ayudar a los alpinistas a escalar, como picos o martillos, pero se dio cuenta de que estaban afectando al medio ambiente. Sus productos eran dejados por los alpinistas y a veces causaban erosión”, relata Raj.
Fue entonces que Chouinard dio un giro a su empresa ofreciendo ropa y accesorios para exteriores, pero buscando disminuir su impacto en el medio ambiente y además apoyando a la causa social de la lucha contra la crisis climática.
“Esa es la mentalidad de Patagonia, no hacer daño al ambiente. Con el tiempo, el cambio climático se fue convirtiendo en un problema grave y creciente, por lo que se comprometieron con la causa de manera pública”, explica Sisodia.
Algunas de las acciones realizadas por Patagonia incluían no solo a la compañía de Chouinard, sino también a empresas con quienes tenía alianzas como Walmart.
“Patagonia es una empresa conocida, pero no es una empresa tan grande, pero Yvon Chouinard decía: ‘Si puedo hacer que esas empresas grandes cambien, aunque sea un poco, eso puede generar una gran diferencia en el mundo’.
“Siempre ha tenido esa mentalidad. No solo como líder de una empresa, sino como líder de un movimiento”, menciona Raj.
La necesidad de una revolución copernicana para poner al centro a las personas
Raj habló sobre el liderazgo y la necesidad de tomar las riendas en los temas sociales importantes como la crisis climática.
Según un informe de la ONU, el 75 % de los ecosistemas terrestres y el 66 % de los marinos se encuentran gravemente alterados, mientras la población se ha multiplicado y la contaminación va en aumento, al igual que la temperatura del mundo.
Sisodia aseguró, que es necesaria una revolución copernicana, aludiendo a Nicolás Copérnico, uno de los hombres que aseguraba que la Tierra no era el centro del universo, sino parte de un sistema más grande.
“Necesitamos una revolución copernicana en la manera en que hacemos negocios. Hemos puesto las ganancias al centro como si fuera el centro del universo y alrededor están las personas, otras especies y la naturaleza a las cuales usamos.
“Eso necesita cambiar porque estamos destruyendo nuestros ecosistemas y el planeta. Necesitamos poner a la vida en el centro, a las personas y a otras especies. La gente no puede florecer en un mundo que se marchita”, finaliza Sisodia.
"La gente no puede florecer en un mundo que se marchita".
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