A través de Año i, un programa en el que alumnos de profesional del Tec de Monterrey fortalecen y desarrollan sus competencias a través de experiencias de aprendizaje vivencia, estudiantes de emprendimiento del campus Ciudad de México, trabajaron en la creación de empresas.
Miriam Fuentes, directora del Departamento de Emprendimiento de la Región Ciudad de México, expresó que los estudiantes enfrentaron los retos de un emprendedor fuera de las aulas.
Explicó que ingresaron ventas de clientes reales, pasaron por las mismas circunstancias y frustraciones, y además, lo hicieron de la mano de expertos.
“Año i permite desarrollar la competencia de 'aprender a aprender'. El ciclo de aprendizaje se desarrolla en tres capas: individual, proyectos y equipo.
“Los alumnos de un grupo, llamados teampreneurs, son considerados miembros de una empresa cuyo objetivo es que, a través del desarrollo de proyectos reales, sean capaces de monetizarlos”, describe Miriam Fuentes.
De acuerdo con José Tame, team coach y profesor asistente del Departamento de Emprendimiento, Año i, está basado en la metodología de aprendizaje experiencial y en la enseñanza para adultos, andragogía.
Los alumnos que participaron en Año i, crearon empresas llamadas team companies, en los tres campus de la Región Ciudad de México.
En campus Santa Fe se fundaron Studio 17 y Apolo, en campus Estado de México desarrollaron Wa’akun y en campus Ciudad de México, Nébula.
“Es llevar lo teórico a lo práctico pero no dentro de un salón; es ir al mundo, ir a hablar con tus clientes, ir a hablar con potenciales socios.
“Si quieres hacer poner una empresa, este es el laboratorio que combina los negocios con el mundo” , compartió Alejandro Jiménez, teamleader de Nébula.
Es llevar lo teórico a lo práctico pero no dentro de un salón; es ir al mundo, ir a hablar con tus clientes, ir a hablar con potenciales socios.- Alejandro Jiménez
Esta vivencia que integra lo académico y el emprendimiento los llevó a estar guiados por mentores como Carlos Sáenz, director general de Vips y Alejandro Sisniega, Co-Founder & Chief of New Business en Jüsto.
“Año i vino a revolucionar todo de pies a cabeza porque, por primera vez, los alumnos están experimentando variables que solo pueden conocer a través de un sistema como este. El dejar de hacer un plan de negocios para ejecutar un proyecto real les mete variables que no pueden ver en aula.
“Enfrentan problemas reales. Les estamos dando a los alumnos herramientas que les van a servir mucho más”, explicó Alejandro Sisniega.
Por su parte, Carlos Sáenz habló sobre su experiencia como mentor de Año i.
“La propia metodología te va a sacar de tu zona de confort. Siempre tienes muchos alumnos que quieren dar la milla extra. Tienen una capacidad muy fuerte de autogestión, de trabajo en equipo, tu juegas (como mentor) un rol en ese equipo. Todo eso se conjuga con la tecnología”, explicó.
Así se trabaja en Año i
En Año i los mentores forman parte de los grupos de interés de las team companies, conformadas por los integrantes del programa.
Los alumnos autogestionan esa empresa y van dándole vida a distintos proyectos, jugando roles alrededor de los mismos con un solo objetivo: hacerlos realidad.
“Jugamos como stakeholders, como es en la vida misma. En una empresa tú tienes socios y consejo de administración y a lo mejor, ellos odian tus ideas”, relató el directivo de Vips.
Para uno de los co fundadores de Jüsto, el programa es también un cambio de paradigma que lleva el reto de enfrentar a los alumnos y alumnas al reto de la realidad de lo que implica la vida de emprendimiento o la vida laboral.
En una empresa tú tienes socios y consejo de administración y a lo mejor, ellos odian tus ideas.- Carlos Sáenz, director general de Vips
“Es salir al mundo real, a la calle, a poner todo lo que has aprendido en práctica, pero con un apoyo detrás. Con una metodología que te va a empujar a que te exijas más, pero a la vez, te van a aconsejar”, dijo Alejandro Garcia, líder de Wa’akun, en campus Estado de México
A Montserrat Aguilar, líder de la team company Apolo, de campus Santa Fe, Año i le permitió descubrir ciertas competencias que se requieren para ser una persona con las herramientas necesarias en el entorno actual.
“He desarrollado mucho más que en la parte de la escuela. Es un desarrollo para ambas partes, para tu ser y para tu hacer, para ser más competitivo. Ha sido una experiencia transformadora” , compartió.
Con información de Laura Ramírez
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