A punto de ir a una misión en Afganistán, el amor hace que Sergio Molina renuncie al ejército, deje su país natal, España, e inicie una nueva vida en México.
“El básquetbol me ha permitido ser feliz, conocer a mi esposa, a mis hijas, desarrollarme, conocer a los chicos y poder tocar vidas a través del mismo, es mi vida”, así lo expresó Sergio Molina, coach de Borregos Hidalgo.
Sergio nos cuenta que a la edad de 15 años tuvo su primer contacto con el básquetbol, en Valencia, España, su lugar natal. Para él fue como amor a primera vista por la sensación que transmite el deporte al saltar, chocar y la rapidez.
Gracias a su altura, lo invitaron a jugar, para que posteriormente este deporte se convirtiera en su vida entera. Siempre tuvo el apoyo de su familia, en especial de su abuelo Ramón Soler y su primo José Luis.
“Fui saltando, de empezar en mi instituto a ser jugador de La Salle y en varios clubes de mi ciudad”, resalta.
A los 18 años viajó a Bélgica junto con un compañero para realizar una prueba de básquetbol, aquí le ofrecieron un contrato hasta los 21 años, sin embargo, Sergio lo rechazó y regresó a jugar al club Godella de su ciudad.
“No aceptamos ir para allá, pero también me empecé a dar cuenta de que me faltaba ese talento para jugar básquetbol a un nivel profesional”, precisa el entrenador.
Poco a poco, Sergio se percató de que le gustaba mucho el tema de la preparación física, por lo que comenzó a ayudar a sus compañeros en esta área, en el gimnasio, supervisando técnica individual y más.
“Me di cuenta de que tenía más vocación para entrenador que para jugador de básquet”, indica.
Cuando Sergio tenía 17 años, ganó un 3x3 en el Adidas Streetball. Era un torneo en la playa con 300 a 500 participantes, que competían en equipos de tres jugadores, algunos semiprofesionales y otros profesionales.
“El básquetbol me ha permitido ser feliz, conocer a mi esposa, a mis hijas, desarrollarme, conocer a los chicos y poder tocar vidas a través del mismo, es mi vida”
“Jugué esa final con un esguince de segundo grado, ¡me tomé un montón de pastillas!...”, recuerda con asombro.
México: el inicio de una nueva vida
En 2006, Sergio coincide con Erika Gómez “La Cucha”, su actual esposa, en un club de básquetbol como entrenador asistente y preparador físico de un equipo profesional de la liga femenil, generando así un vínculo amoroso.
“Yo ya tenía una edad en la que no había llegado a donde quería estar como profesional del básquetbol y una de mis pasiones siempre había sido el ejército”, precisa.
Sergio había metido una solicitud para entrar a la academia militar en Zaragoza, España, sin embargo, el club de básquetbol lo contacta, pero él pone ciertas condiciones para trabajar con ellos.
El club no logró cumplir con las condiciones acordadas, por lo que Sergio se va al ejército por tres años, en donde surge una misión en Afganistán.
Es ahí cuando Erika Gómez pone en cuestionamiento al ejército y a ella en la vida de Sergio, pero él decide quedarse con ella y no ir a la misión, renunciando al ejército.
“Acepté una invitación para venir a México con la selección nacional junto al entrenador Ray Santana”, comenta.
Es así como Sergio llega a México, para el torneo Centrobasket y el Centroamericano en Puerto Rico.
El Tec: amor a primera vista
“Recuerdo que pasé, vi la entrada del Tec y con sorpresa le pregunté a Erika qué era lo que estaba viendo. Fue conectar al instante, fue una sensación de encanto”, narra sonriendo.
Sergio y Erika decidieron entrar a preguntar si había básquetbol en el Tec, pero les mencionan que no había espacio para entrenadores, sin embargo, cuando iban camino a casa les entró una llamada de José Antonio Moya, director de Liderazgo y Formación Estudiantil en su momento, para que regresaran.
“Yo ya tenía una edad en la que no había llegado a donde quería estar como profesional del básquetbol y una de mis pasiones siempre había sido el ejército”
Ese fue uno de los sucesos que marcó la vida de Sergio, ya que en esa charla le mencionan que no lo quieren a él, sino a Erika como entrenadora, es entonces cuando Sergio se dio cuenta de su realidad.
“Me di cuenta que debía empezar desde abajo y desde cero a trabajar para ganarme un respeto y un espacio en una institución del prestigio y del cariño que sentí en el primer instante”, señala.
La pareja comenzó entrenando a la liga femenil de básquetbol. En un principio, Sergio entró como asistente de Erika, buscando renegociar en el momento en que demostrara a los directores la capacidad que tenía como coach.
“Perdimos el primer juego, recuerdo que llegó la televisión, pero el segundo juego lo ganamos contra la UPAEP y empezamos a ganar a los equipos a los que nunca les habíamos ganado, comenzando así a posicionar al equipo”, resalta.
Sergio identifica al Tec como una segunda etapa de su vida, un sentimiento de pertenencia y compromiso con una institución con la que comparte los mismos valores educacionales y éticos, en la que se siente a gusto y como en casa.
“Me ha permitido un crecimiento personal y profesional, demostrar mi trabajo y lo que yo podía realizar, tocar vidas y que la mía sea tocada”, menciona.
En cuanto a Borregos Hidalgo, para Sergio fue complicado el trabajo, ya que tenía una educación deportiva muy diferente a la de los jugadores, sin embargo, el trabajo en equipo, la disciplina y la disponibilidad de ambos para crecer, fomentaron lo que hoy en día han logrado.
“La cultura deportiva fue un gran choque para mí y transmitirlo a la parte administrativa para buscar una mayor profesionalidad del deporte fue un reto muy importante”, precisa.
En 2014 ganó la primera ABE como entrenador de Borregos Hidalgo, jugando contra la UDLAP, Gallos del CEU y la final contra el Tecnológico de Monterrey en Monterrey.
“Ese campeonato impactó muchísimo y fue el que puso en el escenario hasta arriba a Tec Hidalgo como un equipo protagonista y con uno de los mejores programas deportivos en básquetbol del país”, asegura.
Como entrenador de Borregos Hidalgo ha ganado 4 finales de la Liga ABE, 3 Campeonatos Nacionales y un Subcampeonato, siendo el equipo universitario más ganador hasta el momento.
En el 2019 dirigió la Basketball Champions League Americas con Fuerza Regia, siendo la primera vez en que un entrenador universitario lo hacía; en el mismo año fue nombrado como el mejor Entrenador Español.
Por otro lado, en 2020 fue nombrado Seleccionador Nacional de una selección mayor.
A lo largo de toda su carrera, ha trabajado con equipos de primeras nacionales en España, Valencia UniBasket, Tecnológico de Monterrey, Universidad Católica de Murcia, entre otras.
Sergio Molina hoy en día
Molina menciona que uno de sus mayores logros ha sido ver el crecimiento de los chicos.
“Me ha permitido un crecimiento personal y profesional, demostrar mi trabajo y lo que yo podía realizar, tocar vidas y que la mía sea tocada”
“Cuando ahora veo a Christian Maduro saber contener su carácter, es todo para mí, mi vida y las horas que le he quitado a mi familia, las horas que he dedicado sin dormir o estar enfocado en el equipo, valen la pena”, hace hincapié el coach.
Actualmente, Sergio define al equipo como una oportunidad de transmitir que no solo se trata de hacer buen básquetbol, sino transmitir valores que impacten en la sociedad.
“Borregos Hidalgo es mi vida, no hay más. Mi familia siempre es primero, pero cuando estoy enfocado en el básquetbol, es 24/7 Borregos Hidalgo”, puntualiza.
Dentro de sus mayores aprendizajes, Sergio menciona el madurar, saber que no todo está bajo su control.
“Me considero una persona muy apasionada, comprometida y que intenta vivir la vida al máximo sin tener actividades de adrenalina, pero sí busco disfrutar y saborear el momento que estoy viviendo con las personas que quiero”, resalta.
Finalmente, Sergio agradece a su esposa e hijas por aceptar el enfoque de su papá en el equipo; al Tec, a las familias de los jugadores y a todas las personas que han pasado por su vida y han puesto sus ilusiones y confianza en él, pero sobre todo que lo han ayudado a ser la persona que es hoy.
“Debes tener mucho enfoque, sacrificio y carácter para mantenerte, pero sobre todo conocerte, saber cuáles son tus limitaciones y virtudes para así identificar tus áreas de oportunidad”, finaliza Sergio.
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