Profesora del Tec comparte que los acuerdos de la COP26 no servirán de mucho si no son de carácter obligatorio para los gobiernos y sociedad
Por Gabriela de La Paz | ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y GOBIERNO - 12/11/2021 Fotos SHUTTERSTOCK, PEXELS

Gabriela De la Paz | Opinión | Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno

En Glasgow se lleva a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2021, conocida como COP26. Esta conferencia es la última de una serie de esfuerzos colectivos para aminorar el cambio climático.

Aunque las intenciones son buenas, y hay metas que algunos gobiernos locales, estatales y nacionales intentarán cumplir, así como numerosas ONGs, los acuerdos resultantes de esta reunión no tienen una obligatoriedad y no se sanciona a quien los viole.

Para algunos, sin esa condición no vale la pena llegar a ningún acuerdo.

 



 

En la lucha contra el cambio climático, actores como los gobiernos de China, Rusia, Brasil y el mismo Estados Unidos en ocasiones no han estado dispuestos a cumplir su parte, por diversas razones. Esto lleva a países con un menor desarrollo a no sumarse a la causa, lo que conlleva al fracaso de estas iniciativas.

Pensar así es un error. Quizá si se hace poco es insuficiente, pero siempre es peor cruzarse de brazos y esperar la catástrofe de la que no se librará nadie.

En 2017, cuando la Casa Blanca se salió del Acuerdo de París, numerosos gobernadores y alcaldes, así como organizaciones de la sociedad civil, anunciaron que ellos sí cumplirían con su parte.

Es el ejemplo que debemos tomar en México ante un Gobierno federal que apuesta a las energías fósiles de compañías obsoletas, ineficientes y mal administradas como Pemex y la CFE.

Desgraciadamente, la sociedad civil está demasiado pasiva ante la inminencia de una reforma energética retrógrada que encarecerá los precios de la electricidad, la gasolina y causará grandes daños al medio ambiente.

 

"Aunque las intenciones son buenas, y hay metas que algunos gobiernos intentarán cumplir, así como numerosas ONGs, los acuerdos resultantes de esta reunión no tienen una obligatoriedad y no se sanciona a quien los viole".
 


En Monterrey, la refinería de Cadereyta es uno de los principales emisores de partículas contaminantes que todos respiramos.

Informe tras informe del Observatorio del Aire (Ocamm) se reporta que petróleo y petroquímica arrojan hasta 30 mil toneladas de partículas contaminantes, seguidas de las plantas generadoras de energía eléctrica. Muy por debajo, con cerca de 10 mil toneladas sigue la industria química, y la metalúrgica y siderúrgica.

Esto quiere decir que la contaminación proviene de diferentes fuentes, pero que las autoridades locales y estatales no tienen medios para forzar a las compañías privadas y públicas a emitir menos contaminantes.

Si bien el gobernador Samuel García habló de un impuesto para las 180 compañías más contaminantes, aunque todavía falta aportar detalles para el análisis de la efectividad de esta medida, los efectos serán menores si Pemex no se suma con mejoras a la planta de Cadereyta y la venta de gasolina de mejor calidad en Nuevo León.

 

Cambio climatico 2021

 

En Glasgow, se acaba de lograr un acuerdo firmado por 103 países para comprometerse a reducir para el 2030 un 30 por ciento sus emisiones de metano (CH4), el gas que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés) considera que es el responsable del 25 por ciento del calentamiento global.

Como parte de las medidas para alcanzar esa meta, se llegó al compromiso de detener la pérdida de bosques y evitar la degradación de la Tierra para el 2030. México firmó en el lugar 70 (pero firmamos, dirán), lo que en teoría debe propiciar medidas para prevenir la deforestación.

Sin embargo, como vimos en Nuevo León y Coahuila este año, la Comisión Nacional Forestal no tiene los medios adecuados para combatir los incendios forestales y del año pasado a la fecha hemos perdido 617 mil 142 hectáreas de bosques en todo el país.

Así que no tenemos mucha credibilidad en este sentido. El Fondo de Desastres Naturales (Fonden) desapareció en julio y no queda claro de dónde vendrán los recursos financieros, ni la organización para enfrentar desastres naturales como los incendios que vivimos este año y que se incrementarán a medida que tengamos un planeta más caliente, en el que haya mayor evaporación de agua y suelos secos.

 

Incendio forestal

 

Por otro lado, para alcanzar la meta de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 1.5 grados centígrados se necesita la participación cotidiana y comprometida en serio de todos, ciudadanas y ciudadanos, universidades, empresas, ONGs y gobiernos.

Para ello, valdría la pena luchar por incluir algún tipo de sanción para los gobiernos que incumplan o no se sumen esta iniciativa. También implica cambiar hábitos de consumo y transporte que todas las personas podemos incorporar poco a poco.

No hay que esperar a que nos digan qué hacer. La urgencia de sumarnos con actos cotidianos que contribuyan a la consecución de esta meta es tarea de cada uno de nosotros.

 

* La autora es profesora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales del Tec campus Monterrey.

** Este texto fue publicado el 03 de noviembre de 2021 en los diarios Reforma, El Norte y Mural, y se reproduce con permiso.

 

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tec.mx

 

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