Norma Garcia y Zinna Rudman, estuvieron presente en Raíces de Hermanas Mexicanas, evento organizado por la asociación HeforShe del Tec de Monterrey Santa Fe y Puebla, con el objetivo de reconocer los retos que implica ser una mujer mexicana.
Norma Garcia es restauradora y fundadora de Restauradoras con glitter, una colectiva integrada por mujeres especialistas de diversas disciplinas técnicas y humanísticas, dedicadas a la conservación y al estudio de las herencias culturales en México con perspectiva de género.
Zinna Rudman es restauradora, joyera, artesana contemporánea con gusto por las palabras, quién se ha abierto camino con sus grandes ideas, ambas compartieron lo que han experimentado durante su carrera en cuanto a la brecha de género que existe.
De acuerdo con las invitadas la ONU mujeres lanzó en el 20 de septiembre de 2014 la campaña global he for she, buscando la defensa de las mujeres, promoviendo la igualdad de género, involucrando a los hombres y a los niños con el objeto de eliminar cualquier forma de discriminación contra las mujeres.
Para ellas es importante mencionar que equilibrar la balanza con un grupo de seres humanos que ha sido maltratado por siglos y que curiosamente representa la mayoría de la población mundial, es una tarea que resulta urgente.
"Los actos de violencia y discriminación hacia nosotras las mujeres y hacia las niñas, siguen presentándose en todas partes, en los medios de comunicación, en el hogar, en las escuelas, en las empresas y en nuestros trabajos.
“Este último punto es el que nos trae aquí, somos dos mujeres restauradoras de bienes culturales, pertenecientes a la generación X, que hemos tenido que picar piedra, no solo piedra, si no montañas enteras en nuestra profesión para poder trabajar acorde a los trabajos que necesitamos hacer”, expresaron.
Para Norma la restauración es una visión profundamente femenina, no solamente en México, sino a nivel mundial, aún así, en el desarrollo de su trabajo, han enfrentado diversos problemas.
Señaló que en la escuela de restauración, son cerca del 80% mujeres y que es muy raro que haya algún hombre, a veces uno o dos, y por lo mismo realizan diversas tareas.
“Si tenemos que construir un andamio nosotras cargamos el material o usamos herramienta pesada, nunca esperamos a que venga alguien a hacerlo por nosotras”, dijo.
Para las especialistas un punto importante es que las instituciones que tutelan el patrimonio de nuestro país están conformadas con una visión completamente patriarcal y que las relaciones personales y de trabajo, están estructuradas desde esta visión.
“Esto nos pone en profunda desventaja, eso sin importar que somos las mujeres quienes conformamos más del 80% de la fuerza laboral en este campo, lamentablemente esta estructura patriarcal se hereda a las nuevas generaciones”, señaló Norma.
“En Teotihuacan, donde yo trabajaba en una cuadrilla de hombres mayores que yo, cuando yo daba una orden para que se hiciera cierto trabajo tenía que pedirlo con mucha seguridad y fuerza, pero se te quedaban viendo así como ¿tú me vas a dar órdenes?”, expuso Zinna.
Su unión a la lucha feminista
Finalmente, Zinna y Norma compartieron como se unieron a la lucha feminista, en la primera marcha feminista decidieron unirse como restauradoras y profesionistas, que se desempeñan en el tema de la convicción del patrimonio, a lo que ellas decidieron llamarle herencia cultural.
“El hecho de que las mujeres salieran a las calles, a utilizar los monumentos como pizarrón, nos movió muchísimo, después de esa primera marcha, hubo un grupo de restauradoras que nos comenzamos a cuestionar qué íbamos a hacer al respecto.
“Nosotras ya no llamamos a esto pintas ni graffiti, le llamamos denuncias, porque traen un trasfondo, nos han dicho en cantidad de ocasiones que estas no son las formas y se les olvida que tenemos décadas de estar pidiendo cosas muy sencillas como los derechos humanos, justicia e igualdad”, puntualizó Norma.
“Como profesionales de la restauración de la conservación de la herencia cultural, sabíamos lo que implicaban estos registros, estas denuncias, pero siempre decíamos: una piedra se puede restaurar o limpiar, una vida no”, manifestó Zinna.
Mencionaron que muchas de las denuncias, con el afán de acallar el movimiento, fueron removidas con productos nocivos para el sustrato por personal de limpieza, que lejos de ayudar perjudicaron la herencia cultural.
Por su parte Orianne Stern Belfer, coordinadora y presidenta del grupo HeForShe en Santa Fe, expresó que con este tipo de charlas buscan invitar a la comunidad del Tec a reconocer los retos que implica ser una mujer en México.
“La esencia del evento está basada en las acciones y formas que la mujer está desafiando el concepto de ser “mexicana” para la transformación cultural y social con el fin de crear el país que queremos y merecemos, soñando con ser orgullosamente mexicanas.
“Las invitamos a unirse a estos movimientos durante todo el año, el cambio de nuestra comunidad y sociedad queda en nuestras manos y las acciones que hagamos y tomemos día con día”, dijo.
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