¡Explora cómo la literatura y el arte han moldeado la cultura mediante el día de muertos!
Según nos explica nuestra experta, Susana Navarro, maestra de lengua, arte y cultura de PrepaTec Cd. Obregón, la literatura de un país forma parte de su cultura.
Mientras que la manifestación de costumbres y ritos, cómo el día de muertos es por tradición una celebración que sé práctica en México desde antes de la llegada de los españoles.
Susana afirma que sin duda esta es una de las celebraciones latinoamericanas que más marcan nuestra cultura.
Se trata de darle esencia e importancia a aquellos que ya no están con nosotros, con tal de guiarlos a un viaje seguro a la nueva vida.
Esta festividad ha derivado cientos de altares, disfraces o películas, pero hay algo más de todo esto que no muchos conocen: la literatura que ha nacido de esta.
La literatura a través de las festividades
La literatura ha sido por excelencia uno de los elementos textuales que nos ayudan a entender los sucesos y movimientos en nuestra cultura, y con el día de muertos no hay excepción.
La literatura está presente en todo y en todas las formas, el día de muertos se trata de honrar a nuestros difuntos y en los textos literarios se aborda la muerte de una forma distinta a la que muchos la ven.
“Indudablemente el tema de los difuntos está presente desde siempre y de manera metafórica o no tanto, vemos que se refieren a ella también nuestros escritores contemporáneos” agrega la maestra de comunicación y arte.
Dentro de las obras poéticas nos enseñamos a nosotros mismos a ver la muerte como una trascendencia y no una tragedia, expresa la maestra.
Escritores, los educadores de la sociedad
Los autores han sido piezas clave en la culturización de las personas, ellos nos brindan nuevas perspectivas como sociedad y nos enseñan a respetar y honrar nuestras tradiciones.
“Cuando leí por primera vez “Juan Pérez Jolote”, la biografía en primera persona de un tzotzil, Conocí la forma en que en esta región honra a los muertos ” platica Navarro.
Tzotzil es una comunidad en el centro norte del estado de Chiapas, en el sureste de México.
“Esta historia se ubicaba en el México revolucionario a los ojos de un indígena de Chiapas, en este descubrí lo que eran elementos como los Chuleles y los kibales” agrega Susana.
Como destaca la maestra, “los Chuleles” son almas que regresan en formas distintas a las humanas.
Mientras que “los kibales” corresponden a los chuleles de los malos, así es que son feroces y se comen a los demás.
Por lo que en sus rituales funerarios y de recordatorio, al difunto se le dota de provisiones para poder vencer a los kibales.
Nuestra experta nos comparte cómo otros autores veían esta celebración:
Octavio Paz, por otro lado, y con un tono más bien sarcástico y no documental o testimonial, hace un ensayo donde describe que para los mexicanos todos es ocasión para reunirse y festejar, incluso a los difuntos.
Las calaveritas son actos poéticos que existen desde tiempos lejanos en la historia, son versos que tienen la finalidad de exponer un lado menos serio de la muerte e incluso cualquiera puede realizarlas.
“De esta forma las personas por fin pueden concederse la libertad para componer, acción que por mucho tiempo se ha creído que es solo para una élite privilegiada, cuando en realidad todos somos escritores en potencia” señala la profesora.
Existen no solo movimientos poéticos sino también en el teatro y otras formas de hablar de la muerte.
¿La muerte tiene un lado divertido?
“Las calaveritas literarias no son sino una parte divertida y sarcástica de enfrentar la muerte, sacar la inventiva y la picardía mexicana” expresa Susana Navarro.
Por medio de las calaveritas se puede incentivar al público de todas las edades a culturizarse e indagar acerca de tradiciones tan importantes como esta.
“Podemos ver estos versos como si se tratara de no recordar que la muerte sabe a ausencia y que si de muerte se trata, aunque te pongas o te quites, al que le toca, le toca” exclama la maestra.
Las calaveritas cuentan con sus respectivas características para poder ser denominadas como tal, y es que por más simple que parezcan son una forma de arte.
“Uno de los elementos en una calaverita es el tema de la muerte. Además, deben ser breves, de tono cómico, con personajes mayormente conocidos, aunque los personajes también pueden ser hechos o instituciones de la vida cotidiana” comenta Susana Navarro.
Para finalizar, la maestra de lengua y cultura comparte para CONECTA la importancia de no dejar de lado el lado literario de esta celebración:
No queda más que abrazar nuestra cultura y apoyarla para que pase de generación en generación.
Estos movimientos poéticos y literarios nos han fundamentado y llenado de tradiciones que nos han marcado por años y es nuestro deber seguir con el legado de nuestro país.
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