Diana Infante | Campus Saltillo
María Paulina Serna y Ashley Esquivel Ovalle son estudiantes del Tecnológico de Monterrey campus Saltillo y el próximo abril del 2018 representarán a México en el International Cheer Union (ICU) un campeonato mundial de porristas que se celebrará en Orlando, Florida.
En 2017, los equipos representativos de México trajeron a casa cinco medallas de bronce y una de oro en múltiples categorías, además de ser finalistas en diversas categorías más, y este año, Paulina y Ashley forman parte de la selección mexicana que buscar repetir la hazaña y llenar el medallero con la bandera mexicana.
Del 20 al 28 de abril México será representado en cuatro categorías, femenil 4 junior, femenil 6 premier, mixto 5 elite y mixto 6 premier ante países como Alemania, Corea del Sur, Ecuador, China, Canadá, entre muchos otros.
Las gimnastas coahuilenses, Paulina y Ashley descubrieron su pasión desde muy pequeñas pues desde los 3 y 6 años iniciaron sus carreras respectivamente. Sus entrenadores, Alicia Espinoza y Luis Gonzáles, seleccionados nacionales en 2012 y 2013, fueron quienes las ayudaron a prepararse para la selección.
"El proceso para obtener un lugar en la selección nacional es largo y muy pesado", comenta Paulina, "Son meses de dieta y entrenamientos exhaustivos, la preparación física y mental es esencial en el proceso de selección, ya que al final de dos etapas solamente quedan 24 participantes en cada una de las categorías en las que compite México".
“Ahora tengo un compromiso no solo con mis entrenadores sino con mi país, no es cualquier competencia, vamos contra los mejores de los mejores”.
Por otra parte, Ashley ya ha participado en más de 25 competencias estatales, nacionales e incluso en el mundial The Cheerleading World en 2016, sin embargo, se siente mucho más segura esta ocasión gracias a la preparación que le dan sus entrenadores.
Paulina comenta sobre los sacrificios que como gimnasta profesional tiene que hacer para seguir mejorando su técnica y lograr sus metas. “El sacrificio más grande que he tenido que hacer es no ver tanto tiempo a mi familia”. Desde pequeñas conocen el esfuerzo, dedicación y disciplina que se necesita para alcanzar sus sueños, y aun cuando tuvieron que sacrificar muchas fiestas en secundaria o tiempo con su familia, ellas creen que todo ha valido la pena pues no hay mejor sentimiento que alcanzar sus metas.
“Ganar un título mundial sería la recompensa de toda una vida de esfuerzo y disciplina. Todo habrá valido la pena porque seremos campeonas mundiales y habremos puesto el nombre de nuestro país en alto”.