“Fue un sueño hecho realidad, porque como saben, Arturo Márquez es una eminencia Mexicana, entonces fue un honor para mí”
Alfonso Molina, profesor de la carrera en Tecnología y Producción Musical (LTM) en el Tec de Monterrey campus Querétaro, dirigió su obra "Danzas Itinerantes" por primera vez en México junto al afamado compositor Arturo Márquez, en la sexta edición del Festival Cultural Álamos Pueblo Mágico, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Sonora.
Para Alfonso, fue un gran honor ser invitado al festival como nuevo talento sonorense por Márquez, quien es considerado uno de los compositores contemporáneos más grandes de México. Comparte que ha disfrutado de su música desde años atrás y que, desde sus primeras composiciones, Arturo fue una gran inspiración para él.
“Su amabilidad fue increíble; me dejó exponer una obra que no había tenido su premiere Mexicana”, añadió Molina.
Danzas Itinerantes está inspirada en los maestros mexicanos de los años 40, tales como Silvestre Revueltas, donde rompe los esquemas de la composición tradicional a través de cambios armónicos.
El profesor, además de presentar su composición, tuvo la oportunidad de dirigirla; le pareció un gran reto, pues debió remontarse a la idea original que tenía al momento de escribirla hace diez años, sus razones y lo que buscaba resaltar en la obra.
“Un director es un comunicador, un canalizador de energía. Para mí, fue una experiencia inolvidable”, resaltó Alfonso.
Músico con corazón activista
El compositor es originario de Sonora y siempre estuvo interesado en la música. Desde que tenía siete años, solía escribir canciones; sin embargo, no la estudió “formalmente” hasta sus años universitarios, en Mannes School of Music en Nueva York y en Manhattan School of Music, donde se inició en la ópera.
Como Alfonso quería ser trovador, tuvo una especial inclinación hacia la literatura durante sus estudios y se relacionó con muchos poetas durante la universidad. Le interesó el poder transformador de las composiciones en la sociedad, y se desarrolló de ser trovador de protesta a escribir ópera de activismo.
Para él, un diferenciador muy relevante entre los compositores clásicos y los actuales es la información que nos rodea. La posibilidad de enterarse con inmediatez de las diferentes crisis y movimientos sociales que suceden en el mundo, amplifica el enfoque del arte.
“Hoy estamos conectados a todo lo que sucede y nos afecta. Lo que pasa en Siria, la migración, el cambio climático, la crisis del agua en Bolivia, todo nos impacta”, comentó Molina.
Retos en el camino a sensibilizar
En su trayectoria, una de sus experiencias más significativas fue la dirección de su obra Inmigrante ilegal en el muro entre Estados Unidos y Nogales, Sonora. La composición trata la xenofobia, el uso de armas, el derecho a la propiedad privada, entre otros temas, a manera de crítica social.
Según Alfonso, el arte debe de abordar temáticas necesarias que pueden llegar a ser dolorosas, o incluso incómodas, de manera bella; con la intención de salvar lo más espléndido de nuestro tiempo. Si bien sabe que las óperas no son políticas públicas que tienen el poder de cambiar una ley directamente, cree que sí pueden sensibilizar a las personas para que actúen diferente.
El docente ha escrito dos óperas inspiradas en el fenómeno de la migración: Inmigrante ilegal(2014) y Cartuchos de fuego (2020), además del primer musical mexicoamericano Monarca.
“Yo creo que si Beethoven viviera hoy, sería un activista”
“Ese es el papel del arte. Rescatar aquello que no está en las palabras, pero influye en nuestra forma de actuar y sentir”, aseguró el profesor.
Pasión por despertar voces
Para el profesor es muy importante despertar la conciencia de sus estudiantes sobre temas de activismo, inculcarles una curiosidad para que se sumergan en materias relevantes en nuestra sociedad que den pie a la concientización de asuntos actuales, con el propósito de impactar positivamente.
Él sabe la trascendencia que puede dejar un maestro, por lo que busca devolver ese cariño y aprendizaje que alguna vez le brindaron, tratando de enfilar a los estudiantes a que busquen sus propias voces en lo que más les apasiona.
“Lo que sea que hagas, si tu corazón no está apasionado por el tema, entonces no es tu llamado”, finalizo.
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