Diana Karen García | Opinión | Campus Hidalgo
“El verdadero descubrimiento no consiste en encontrar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos”
Marcel Proust.
La innovación representa el punto de lanza para la generación de estrategias que tienen como finalidad el capturar y generar valor. A pesar de los diferentes conceptos y modelos teóricos sobre innovación, todos convergen en el hecho de que es el ingrediente clave de cualquier economía moderna, que le garantizará tener un crecimiento económico orgánico y ser competitivos globalmente. En un mundo, donde cada vez son menos los recursos, la globalización sin innovaciones es insostenible.
Desde el punto de vista de negocios, la innovación debe de ser considerada como el pilar fundamental de la cultura organizacional de cualquier empresa. La innovación tiene que estar inmersa en todos los elementos clave del modelo de negocio; y así, crear un lenguaje común entre los integrantes que les permitirá entender, gestionar, mejorar, reinterpretar y cuestionar estratégicamente el entorno de actuación de la organización.
El gran reto al que se enfrentan hoy en día las empresas es el de innovar; es decir, tienen que evolucionar, adaptarse y mejorar. Podemos pensar en los diferentes modelos de negocio exitosos que han llegado a disruptir las industrias y sectores tradicionales; tales como: Airbnb, Uber, Facebook, Google y Amazon. Pero, ¿qué tienen en común estos modelos de negocio? La respuesta es muy fácil: estrategias de innovación en el tejido de sus operaciones.
Los estrategas de los modelos de negocio deben de estar conscientes de que actualmente vivimos en una era de transformación tecnológica acelerada, en donde el primer punto a comprender es su crecimiento exponencial. No se puede seguir pensando que la innovación tiene que ver con las grandes ideas únicamente, sino con las grandes ideas que se construyen y se desarrollan.
En la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, trabajamos para formar administradores, estrategas e innovadores que sean capaces de crear y desarrollar modelos de negocio con impacto social o ambiental positivo y que además tengan la capacidad de ser medibles y económicamente sostenibles.